El 14 de noviembre de este año 2013 se cumpliero 24 años de aquel fatídico 14 de noviembre de 1989 en el que unas lluvias torrenciales destrozaron multitud de calles y las
 inundaron de barro y lodo el pueblo de Pizarra. En poco más de una hora se registraron en 
Pizarra 292 mm de agua, la mayor cantidad de la provincia, más incluso 
que en Málaga capital.
Calle Francisco Rosas hacia la Estación (Foto de Pepe Díaz) 
Fue un martes catastrófico, todo el mundo en la calle contemplando 
atónitos de lo que es capaz de hacer un temporal, unas lluvias que no 
parecían tan crueles y que no duraron mucho tiempo, pero bastaron para 
levantar a todo un pueblo, para dejarlo incomunicado, sin electricidad, 
de la sierra caían saltos de agua o cataratas nunca antes vistas, el río
 Guadalhorce no parecía el mismo que todos conocíamos, como si el doctor
 Jekyll se hubiese convertido en el doctor Hyde para arrastrar todo lo 
que encontrase a su paso y para convertir las curvas de los meandros en 
rectas, como si tuviese prisa para llegar al mar. Estaba totalmente 
desbordado. 
En Pizarra, los arroyos sobre los que se construyeron calles 
parecieron rebelarse y arrasaron todo cuanto encontraron en su camino, 
anegando de barro y lodo prácticamente todas las calles del municipio, 
algunas como el camino de la estación, la colada, avenida de la 
fuensanta, calle limonar, pasaje de jerez, calle desengaño, Doctor 
Fleming y Rodríguez de la Fuente se llevaron la peor parte. 
La carretera hacía Álora quedó cortada a la altura de "el chorrerón"
 y la actual travesía de Pizarra también se vio cortada junto al 
Polideportivo del Colegio Guadalhorce debido al caudal de agua y barro 
que bajaba por un arroyo. 
Numerosas huertas del término municipal de Pizarra fueron arrasadas 
por el río Guadalhorce y tardaron años en recuperar su esplendor. 
Pizarra, tras Málaga, fue el lugar donde más sufrimos las 
consecuencias del temporal, en apenas una hora cayeron 292 mm, más que 
en la propia capital. En Málaga el río Guadalhorce llevaba más agua a su
 paso por Cártama y Campanillas. El río Guadalmedia también desembocó en
 el mar totalmente desbordado, sumiendo a la ciudad en un caos. 
Afortunadamente, hoy en día el pueblo está totalmente recuperado de 
aquella tragedia que esperamos y deseamos no se vuelva a repetir.