Bienvenido/a a Pizarra

Desde el centro Guadalinfo de Pizarra queremos daros la bienvenida a este blog. Se trata de un nuevo espacio donde todos los/as pizarreños/as o amantes de este lugar puedan ver las imágenes que vamos a ir recopilando. En este blog iremos publicando las fotografías e información que queráis compartir. Estamos convencidos que entre todos/as podemos realizar un bonito y emocionante álbum donde vamos a poder comprobar como ha cambiado nuestra sociedad, la economía, el paisaje, las calles, etc., de nuestro pueblo. Para más información y facilidad de participación se ha creado una Página de Facebook donde también podéis subir fotos y estar al tanto de las últimas publicaciones. Cualquier duda o consulta la podeís hacer al correo electrónico pizarraenelrecuerdo@gmail.com

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jueves, 31 de enero de 2013

La Conferencia de Pizarra

La imagen fotográfica que contempla el lector proviene de La Unión Ilustrada, vieja publicación periódica malagueña, y representa el escenario de la célebre Conferencia de Pizarra, celebrada en nuestro municipio el año 1922 con ánimo de deliberar y resolver la grave crisis militar que incendiaba el Protectorado de España instituido por la Conferencia Internacional de Algeciras sobre Marruecos septentrional en 1906.

El Palacio durante la Conferencia, 1922

El desastre de Annual sufrido en 1921 había infligido una herida abierta en las entrañas de la Nación. Era preciso proceder sin demora mediante la delineación de una nueva estrategia acorde a las adversas circunstancias así rigurosamente bélicas como meramente económicas del protectorado, y a tal fin fue convocada una conferencia política y militar por el nuevo gabinete de Maura.

La sede elegida, el Palacio de los Condes de Puerto Hermoso de la Villa de Pizarra, elegante edificio erigido a principios de siglo con arreglo a las prescripciones estilísticas del Arte Neomudéjar en auge, fue propuesta por Juan de la Cierva Peñafiel, a la sazón Ministro de la Guerra, quien había experimentado una grata impresión durante su visita junto a S.M. el Rey D. Alfonso XIII en calidad de Ministro de Fomento el día 21 de mayo de 1921 con ocasión de la inauguración oficial del Embalse del Conde del Guadalhorce. Su proximidad de las costas africanas propiciaba además el pronto desplazamiento de los máximos jerarcas militares españoles destinados en Marruecos.

Los Diez de Pizarra, según la afortunada expresión de Vicente Fernández Riera (Revista Jábega nº17, Málaga, 1977, páginas 29-31) para designar a los asistentes, fueron Antonio Maura Montaner, Presidente del Consejo de Ministros; Manuel González Hontoria, Ministro de Estado; el Marqués de Cortina, Ministro de Marina; el prenotado Juan de la Cierva Peñafiel, Ministro de la Guerra; el General Dámaso Berenguer Fusté, Alto Comisario de España en Marruecos; el General Luis Aizpuru Mondéjar, Jefe del Estado Mayor Central; el General Agar, segundo jefe; Julio Ardánaz Crespo, Subsecretario de Guerra; el Almirane Buhigas, Jefe del Estado Mayor de la Armada; y el Almirante Juan Bautista Aznar, Jefe de la Escuadra Naval de África. Nótese que dos de los participantes, D. Berenguer y J.B. Aznar, se hallaban destinados a presidir los últimos gobiernos de la Monarquía Alfonsina antes del advenimiento de la II República Española acaecido en 1931.

Fueron recibidos en la Estación de Ferrocarril por los señores José Rosas Peña, Alcalde Constitucional; Antonio Moreno Carmona, Secretario Municipal; José Moreno González, Juez Municipal; y Antonio Morillas Rivero, Cura Propio, entre otras autoridades y un animado y expentante gentío; y en la Casa Grande por los señores Fernando de Soto y Aguilar y María del Carmen Domecq y Nuñez de Villavicencio, Condes de Puerto Hermoso y Marqueses de Arienzo y Santaella, anfitriones de la distinguida comitiva.

La conferencia se dilató desde el sábado 4 al lunes 6 de febrero de 1922: las dos primeras jornadas, deliberantes, y la tercera, resolutoria. No es el tiempo idóneo para detallar sus lides. Concluyamos con Fernández Riera que en Pizarra fue concebida una "solución honrosa de un problema irresoluble [...] una decisión mesurada, digna de la sabiduría del viejo político". Lástima que la caida inminente de su gabinete un mes después ante José Sánchez Guerra cercenase las esperanzas de Maura, quien una vez clausurada la conferencia peregrinó hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta para rogarle por la paz de España.

Alejandro Rosas Fernández
Artículo publicado en "Apuntes Históricos de Pizarra"
Boletín del Ayuntamiento "Pizarra Información" nº4 (Enero-Febrero 2008)

Pizarra en la retina de J. Oses, 1873

La imagen que contempla el lector reviste una honda significación histórica para el municipio de Pizarra: es la primera fotografía que representa a pizarreños.

La Pizarra, calle de Málaga por J. Oses, 1873

De formidable valía técnica, parece emular un cuadro de pintura costumbrista decimonónica. No fue éste el ánimo del autor: la escena no es deliberadamente teatral. Constituye, por el contrario, una manifestación del vehemente sentimiento de curiosidad que hubo de suscitar entre nuestros tatarabuelos la irrupción de un fotógrafo en la Pizarra del último tercio del siglo XIX.Su autoría pertenece, según la firma al pie, al célebre como nebuloso J. Oses, a quien Juan Antonio Fernández Rivero no yerra en calificar como "uno de los mejores retratistas malagueños del siglo [...] entre los fotógrafos de más calidad, junto a Spreafico" en su Historia de la Fotografía de Málaga durante el siglo XIX.

¡Brillante la creación, aunque oscuro el creador!, por cuanto aún su nombre de pila se ignora: ¿José? ¿Joaquín? ¿José Joaquín? No constan, sin embargo, diversas circunstancias atañentes a los trabajos fotográficos del señor Oses por vía de la tradición oral. Amén de la Calle de Málaga, el singular visitante fotografió la villa desde el Puerto de la Ermita (sic) así como a su venerable moradora desde el siglo XVI, Nuestra Señora de la Fuensanta. Este aúreo tríptico imaginario fue propiedad inicial de Doña Antonia Montes Doncel y, por título de herencia, de su nieto, nuestro amable coterráneo D. Francisco Infante Prieto, vecino de Écija y máximo fotógrafo de este municipio de todo el siglo XX, quien tuvo el laudable gesto de acrecentar nuestro patrimonio histórico mediante su donación al Ayuntamiento de Pizarra el día 14 de agosto de 2007. Su abuela materna, niña aún, conoció al autor, estampó luego su nombre al dorso de las cartulinas originales y facultó a su nieto, merced a sus confidencias, a datar la toma hacia 1873, fecha algo temprana bajo el dubitativo critero del que subscribe, si bien no en demasía.

En cuanto a la visión perspectiva y retrospectiva de nuestras calles admirablemente desplegada ante nosotros, no es menester decir mucho sino mirar mucho, pues encierra en sí misma un poder casi mágico de captar la atención y alimentar la imaginación de quien mira y admira. La Plaza de la Constitución, antaño Plazuela del Pósito, de superficie terriza en primer término. La dilatada Calle de Málaga, bien empedrada, con la Barranquilla a un lado y la Cruz al otro. La Carretera de Málaga, inaugurada en 1859, que vadeando el Arroyo Hondo asciende zigzagueante desde el Cerrillo hasta el Peñón de Cuenca con sus respectivas casas de labor, y desde allí hasta el Prado Redondo y el Puerto de Málaga. La esquina de la Calle Alta con su primigenio alumbrado público y su tablón de anuncios debajo. El jinete a lomos de borrico y ancho sombrero encasquetado. La niña pulcramente vestida de primera comunión. Los niños alineados, entre expectantes y risueños (uno de ellos un Lloret). El cerdo tumbado a la sombra de la casona de rejas magníficas y airosos tejados. Hombres y mujeres de faena, bestias enjaezadas, casas encaladas, hazas y mieses ... la vida en definitiva, detenida en una efímera fracción del tiempo para la eternidad de la memoria.

Alejadro Rosas Fernández
Artículo publicado en "Apuntes historicos de Pizarra"
Boletín del Ayuntamiento "Pizarra Información" nº3 (Noviembre-Diciembre 2007)

miércoles, 30 de enero de 2013

Estación de Pizarra en 1867


La magnífica fotografía que contempla el lector proviene del Álbum Fotográfico de las Obras de Fábrica del Ferro-Carril de Córdoba a Málaga dedicado a S.M. la Reina Doña Isabel II por el fotógrafo J. Spreafico, datado en Málaga en el año 1867 y perteneciente al Patrimonio Nacional.

José Spreafico Antonioni, nacido en Milán y afincado en Málaga en el segundo tercio del siglo XIX, fue con J. Oses uno de los maestros pioneros del Arte de la Fotografía en la provincia y ostenta, entre nosotros, la relevante distinción de haber tomado las primeras fotografías de la historia de nuestro municipio, tituladas Estación de la Pizarra y Puente de la Pizarra. De factura técnica en albúmina, la imagen representa la Estación de Ferrocarril de Pizarra en 1867.

 Estación de Ferrocarril de Pizarra. J. Spreafico, 1867

Puentes sobre el río Guadalhorce II

La magnífica fotografía que contempla el lector proviene del Álbum Fotográfico de las Obras de Fábrica del Ferro-Carril de Córdoba a Málaga dedicado a S.M. la Reina Doña Isabel II por el fotógrafo J. Spreafico, datado en Málaga en el año 1867 y perteneciente al Patrimonio Nacional.

José Spreafico Antonioni, nacido en Milán y afincado en Málaga en el segundo tercio del siglo XIX, fue con J. Oses uno de los maestros pioneros del Arte de la Fotografía en la provincia y ostenta, entre nosotros, la relevante distinción de haber tomado las primeras fotografías de la historia de nuestro municipio, tituladas Estación de la Pizarra y Puente de la Pizarra, que es la que en este lance glosamos. De factura técnica en albúmina, la imagen representa el airoso puente edificado en 1863 por la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Málaga, dirigida por el ingeniero Jorge Enrique Loring Oyarzábal, para franquear las aguas del río Guadalhorce, antaño sorteado en este punto por una frágil pasarela de madera o pontón. Esta primigenia infraestructura ferroviaria fue originariamente concebida y ejecutada a tenor de los postulados técnicos y estilísticos del Funcionalismo o Arquitectura del Hierro, plenamente vigente en la Europa decimonónica. Erigida sobre poderosos tajamares, la vía se inserta en una estructura íntegramente metálica de 83 metros de luz y 10 de altura. Ciertamente, su visión estimula la memoria de otros vástagos supérstites del funcionalismo arquitectónico en el Valle del Guadalhorce: los puentes de las Mellizas (1863), Álora (1903), Valle de Abdalajís (1931) y Cártama (1932). El Puente de Hierro de Pizarra fue, sin embargo, reemplazado por el actual, de tres ojos, por la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces (FCA) durante el primer tercio del siglo XX.

El efímero instante captado por el fotógrafo es históricamente admirable y rebasa, con mucho, los límites de la Ingeniería Civil. A lo lejos, la Villa de Pizarra, investida de este título desde 1818 y dotada de término jurisdiccional desde 1847, es nítidamente visible, con su nuevo campanario, un cuerpo adicional de ladrillo agregado a la vieja torre de la Iglesia de San Pedro a expensas de la compañía ferroviaria en signo de gratitud hacia el municipio por la cesión gratuita del agua para el suministro de su estación un lustro atrás; su dilatado caserío encalado, con el Cortijo de la Dehesa, en la actualidad Los Huertos, y la casa de labor de Salvador Peña Aranda en las laderas de la pelada Sierra de Gibralmora; el sigzagueante camino de herradura hacia la Venta de Cártama, hoy La Aljaima, y la ciudad de Málaga, fatigosamente ascendente desde la fuente de Luna y Los Lagares y transitado otrora por viajeros, arrieros, recoveros y cosarios. De los edificios rústicos contiguos al puente, únicamente ha prevalecido hasta nuestros días el superior, nombrado entonces la Casa del Coronel Joaquín Sánchez de Rivera y del Álamo, hoy de D. Antonio González Lería. Finalmente, los tres vigías revestidos de inveterados ropajes goyescos, trabucos en mano, inspiran una interpretación decididamente romántica y el atento perrillo tendido al borde de la vía, un simpático gesto de complicidad con el espectador.

Alejandro Rosas Fernández
Artículo publicado en "Apuntes Históricos de Pizarra"
Boletín del Ayuntamiento "Pizarra Información" nº2 (Septiembre-Octubre 2007)


 
Puente de Hierro sobre el río Guadalhorce. J. Spreafico, 1867

Puentes sobre el río Guadalhorce

Los puentes sobre el río Guadalhorce constituyen quizás la máxima expresión del Patrimonio Hidráulico de la Villa de Pizarra y, desde luego, su manifestación arquitectónica más emblemática.

La ejecución del puente de la carretera Pizarra-Casarabonela, originariamente concebida como una estructura metálica, fue contratada por el Estado en el mes de agosto de 1926. Rescindida la contrata en 1929, fue consumada en el mes de octubre de 1935 con arreglo a un nuevo proyecto técnico de D. Francisco Martín Gil bajo la sucesiva dirección facultativa de su autor y de los señores Álvarez Valdes y César Villalba Granda, distinguidos ingenieros civiles de su tiempo.

El vano principal del puente, de 50 metros de longitud, es salvado mediante dos salmeres que vuelan 2,5 m. por cada lado y un arco de 45 m. de luz y 6,75 m. de flecha constituido por dos bóvedas gemelas de hormigón en masa de 1,50 m. de ancho constante cada una. La airosa cimbra de madera, elaborada por contratista Pérez Plá, fue desmantelada según las prescripciones del novedoso método ideado por el ingeniero francés Eugene Freyssinet. El presupuesto de la obra ascendió a 156.409,92 pesetas de ejecución material y 184.011,67 pesetas el de contrata.

El puente de ferrocarril Málaga-Bobadilla, de tres ojos, se eleva 60 metros aguas arriba y data del primer tercio del Siglo XX. Fue erigido por la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces (FCA) a fin de reemplazar el puente original de la vía férrea Málaga-Córdoba, fabricado para la Casa Real por el maestro milanés afincado en Málaga J. Spreafico en 1867, que constaba de 83 metros de luz y 10 de altura.

Alejandro Rosas Fernández
Artículo publicado en "Apuntes Históricos de Pizarra" 
Boletín del Ayuntamiento "Pizarra Información" nº1 (Julio-Agosto 2007)

2007